viernes, 1 de marzo de 2013

Capítulo 9

Hola a todos!, esta vez no he tardado tanto. Pronto publicaré las bases del concurso. Bueno, no hay mucho que decir, excepto que disfrutéis el capítulo y que dejéis vuestro comentario.


   


Extrañamente, duermo como la seda, sin percances, sin despertarme una sola vez; claro que eso no significa que no haya pesadillas. Pesadillas, ir a los Juegos del Hambre, es un boleto seguro al mundo de las pesadillas, lo peor es que si ganas, son mucho peores. Mi sueño está plagado de ellas, una tras otra, en la mayoría corro, sola y ensangrentada, en otras me atacan los profesionales; pero la más frecuente y la que más me  ha atormentado, es aquella en que Magnus muere, de una y mil maneras: degollado, golpeado, apuñalado... y ahí están, sus fríos ojos, carentes de vida que me observan recriminándome, recriminándome que soy su hermana mayor, que yo debería protegerlo, recriminándome que yo sigo viva,en lugar de él. Y luego viene el dolor, dolor porque es mi hermano y porque está muerto, remordimientos, por contemplarlo con impotencia; pero luego, más fuerte y desgarradora que cualquier otra sensación, viene la culpa, la culpa que se siente al saber que tu propio hermano, está muerto por tu causa, y entonces despierto, y me doy cuenta de que aún me queda por vivir la peor de las pesadillas.
Me desperezo, sin ninguna prisa, sin mostrarme afectada por las pesadillas de esta noche, miro a mi alrededor, en busca de algo que me indiqué la hora. Finalmente, mi mirada da con un reloj, una fina pantalla, con números. Es por la madrugada, probablemente los perezosos capitolinos sigan pegados a las sábanas, por lo que aún queda un buen rato antes de los entrenamientos. Escuchó rugir a mi estómago y recuerdo que por la noche apenas si he probado bocado. Guiada por mi hambre, me pongo de pie y me desplazo trastabillando hasta encontrar el lavabo, me lavo la cara y me arreglo un poco, en caso de que las cámaras me estén observando. Con gran esfuerzo, vuelvo a desplazarme hasta el armario, de donde cojo despreocupadamente una chaqueta y unos pantalones que me pongo por encima de la pijama. Una vez remotamente presentable, salgo de mi cuarto y recorro somnolienta el camino hasta el comedor. Veo con sorpresa, que aún siendo muy de mañana, ya hay dispuesto todo un banquete; ahora que lo pienso con más calma, me parece bastante razonable que tomen estas medidas, después de todo, estamos en Los Juegos del Hambre, y no han de escasear los tributos madrugadores, que despiertan tan temprano  acosados por las pesadillas.
Somnolienta, me dirijo hacia la mesa, y tomo asiento en uno de los estrambóticos asientos, para luego analizar el banquete, y estirar la mano para servirme un poco de jugo en mi vaso. Justo en el momento en que me levanto para alcanzar un panecillo, escucho un carraspeo.
-¿Te puedo ayudar en algo?-me pregunta una voz sorprendentemente melodiosa, pero que a mí me ha dado un susto de muerte.
-¡¿Quién demonios te crees que eres?!-grito exaltada, a la vez que me doy la vuelta, para toparme con dos grandes orbes azules que me observan curiosos.
El dueño de esos ojos es un muchacho de unos 17 años, estatura media y contextura normal, nada fuera de lo común, a excepción de que es extraordinariamente guapo. El cabello dorado le cae en desordenadas ondas, sobre su piel levemente bronceada, sus labios se curvan en una media sonrisa burlona, a la vez que enarca una ceja.
-Buenos días, supongo que eres Vyolett-hace una pausa- Yo soy Narcissus, el estilista de Magnus.
Mientras él se presenta, me doy cuenta de que probablemente lleva aquí un buen rato, por la forma en que me mira, podría decir, que ha estado sentado en la silla a mi lado desde mucho antes de que yo llegara.
-¿Vyolett?-pregunta divertido-¿sigues ahí?-dice con la mano extendida, me pregunto hace cuánto tiempo.
Aturdida le doy la mano y tanteo la mesa en busca de algo que echarme a la boca.
-¿Narcissus?-él asiente-¿así es como te llamas?
-Eso he dicho-
-Ja-rio sin ganas, a la vez que me echo a la boca una especie de bizcocho.
-¿Qué es tan gracioso?-pregunta.
-Mi madre, me contaba una historia...muy, muy antigua-me mira instándome a continuar- en ella había un joven muy bello, llamado Narciso, el muy idiota se enamoraba de su reflejo y se olvidaba de comer  por lo que moría y se convertía en una flor, eso en versión resumida.
-¿Así que crees que soy guapo?-bromea.
-Y muy idiota-
Me dispongo a desayunar, sin poder evitar sentirme incómoda con el capitolino a mi lado. Como apresurada, y cuando me estoy parando, recuerdo algo.
-Gracias-digo sin más, y ahora si doy media vuelta, dispuesta a regresar a mi habitación.
-¿Por qué?-
-Por el traje, nos fue útil-le digo con hostilidad.
-Pues por nada-dice con orgullo y una sonrisa sobrada, que alcanzó a ver al girarme.-Hice mi trabajo.
-Debes ser un fenómeno, un capitolino que hace su trabajo-hablo con sorna-Tienes suerte, el trabajo de algunos es morir, de la forma más divertida posible.
Me volteo y camino a paso rápido directa a mi habitación. Abro la puerta, entro y cierro de un portazo, para luego ir directa a la cama, tirándome encima sin ninguna parsimonia, todavía sin sacarme la ropa de encima de la pijama. Cierro los ojos ya antes de que me de cuenta, ya estoy dormida.
Y sueño..., sueño con Narciso convertido en una flor, sueño con el desfile...Y sueño con Magnus, muerto, con el rostro ensangrentado y con un cuchillo clavado en el pecho. A lo lejos, estoy yo, mi rostro también manchado de sangre, llorosa, las lágrimas formando caminos entre la sangre.

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-¡Arriba¡-chilla Dimo desde el otro lado de la puerta-¡Despertaos perezosos, os espera un largo día por delante!
Abro los ojos, desperezándome. Vaya, me he quedado dormida. Seguro que ya es hora de desayunar.
-¡¡¡MAGNUS!!!-grita Dimo a pleno pulmón-¡¡¡VYOLETT!!!, ¡despertaos ahora mismo!
-¡Oh, ya cállate!-el grito que silencia a Dimo es colectivo.
Lentamente y sin mucho entusiasmo me pongo de pie y camino hacia un espejo. No tengo muy buen aspecto, quien me viera creería que ando con resaca. Me arrastro desganada hasta la ducha, una vez dentro, me arriesgo con los botones y vaya que es un desastre. Sobre mí caen pétalos de rosa, miel y hasta barro; eso por no mencionar los perfumes y cosméticos que la ducha me roció, además de la tinaja llena de pececillos que de pronto apareció a mis pies, y que por arte de magia hice desaparecer, no sin antes sufrir el ataque de un rociador de espuma. Sorprendentemente, salí viva de aquel lugar, mas antes de conseguir llegar al armario, apreté otro botón, que soltó sobre mí una bocanada de aire caliente, que si bien quitó la más mínima gota de agua sobre mi cuerpo, también dio a mi pelo el aspecto que tendría de haber recibido una descarga eléctrica.
Hastiada, cojo el cepillo que ha aparecido en la mesita de noche y me dedico a peinar mi alterado cabello, con calma y parsimonia, consigo mi propósito y me hago una coleta. Todavía envuelta en la toalla, observo la cama y me doy cuenta de que la han arreglado mientras me duchaba y de que han dejado encima la ropa para los entrenamientos. La desdoblo con cuidado, son un pantalón y una polera de manga larga y cuello corto de color negro, la tela parece muy flexible y fina. En los costados de la polera, se vislumbra el número 9 en color rojo. A los lados de la cama han dejado zapatillas deportivas. Me visto y una vez lista, camino rumbo al comedor, apenas si alcanzo a echarle un vistazo al reloj, el cual indica que se me ha echo tarde.
-¡Vy!-exclama Dimo al verme aparecer-¿por qué has tardado tanto?, ¡aún tienes que desayunar!
-No te preocupes Dimo-observo a los presentes- Ya he desayunado.
-Doy fe de ello-dice una voz conocida, melodiosa pero burlona.
Doy un bufido y me siento junto a Gisselle.
-¿Dónde esta Aqua?-digo ignorando a Narcissus.
-No es de tu incumbencia-dice Dimo.
-Ahora tienes cosas más importantes de las que preocuparte Vy-aclara Gisselle
-Ah, claro el entrenamiento-asiento con desánimo.
Dimo y Narcissus se retiran discretamente, el último mirándome socarrón.
-Bien, chicos-comienza Math- Vais algo tarde, por lo que no los retrasaré más, ya sabéis que hacer.
-Vy, tú fanfarronea un poco, por hoy quizá sea mejor que te dediques más a aprender lo que no sabes, luego dedícate a alardear.-explica Gisselle- Magnus, pásate por todos los puestos, sobre todo los de supervivencia, cuando Vy fanfarronee tú peleas.
Una vez hechas las aclaraciones, Magnus va a su cuarto a vestirse, lo espero por un rato, hasta que aparece y nos subimos al ascensor. Magnus está nervioso, me doy cuenta por cómo mira hacia todos lados y respira agitadamente.
-Vamos, tranquilo.-le digo para calmarlo-No tienes de qué preocuparte.
Que gran mentira.
Finalmente, el ascensor llega a su destino. Resulta que no somos los últimos, claro que tampoco somos los primeros. El centro de entrenamiento es enorme, en el centro hay apiñado un grupo de tributos y frente a todos ellos, hay una mujer de complexión atlética que dice llamarse Galatea. Mientras esperamos al resto, hecho un vistazo a mi alrededor. Estamos en una espaciosa sala de paredes grises sin mayor decoración, a lo largo de la sala hay distintos puestos, cada uno con un monitor que nos aguarda pacientemente, hay puestos de escalada, espada, plantas medicinales y lucha cuerpo a cuerpo, entre muchos más. Los profesionales comentan entre ellos, a la vez que algunos de ellos me lanzan fugaces miradas de resentimiento,  la chica del 4 me mira divertida, mientras se codea con el pequeño de su Distrito. No observo al resto  porque apenas los últimos llegan, Galatea da inicio a su discurso.
Nos explica que hay en cada puesto, nos dice que no podemos atacar a otros tributos y que si tenemos dudas o queremos practicar, para eso están los monitores.
A pesar de que Galatea ha sugerido especialmente, los puestos de supervivencia, decido que la primera parte del día la dedicaré a repasar lo que ya sé, sobre todo considerando que Magnus se ha ido al puesto de trampas. Me dirijo al puesto de cuchillas y cojo dos, similares a una cimitarra. Después de un buen rato masacrando maniquíes, doy una mirada a mi alrededor De pronto, fijo la vista en la tributo del 12, en el puesto de lucha cuerpo a cuerpo. La chica, es alta y delgada, de aspecto desgarbado, tendrá unos 16 años. Sus facciones son angulosas y su desordenado cabello anaranjado le cae en mechones sobre el rostro. La chica se inclina y sonríe con desprecio. Y entonces empieza el espectáculo, el monitor ataca, y la chica lo esquiva con facilidad, durante los siguientes 5 minutos, el pobre monitor, realiza sorprendentes maniobras y patadas, en un intento de derribar a la chica, pero esta, sin moverse del sitio inicial ni aparentar mayor esfuerzo, se limita a evadirlo, doblando su cuerpo y contorsionándose en forma increíble. Luego de un rato, la chica bosteza, se desliza por debajo del monitor, que ha saltado en un intento de patearla y cuando este toca el suelo se abalanza sobre él, par noquearlo, en forma rápida y sorprendente. Hasta los profesionales tienen las mandíbulas desencajadas. El grandote del 1, recompone su expresión, con la mirada de quien observa un nuevo y apasionante desafío.
Despego la mirada de los profesionales y vuelvo a dirigirla hacia la chica, que se aleja con una sonrisa de suficiencia.
En las dos horas siguientes, me paso por el puesto del arco, y me dedico a perfeccionar mis habilidades, para luego ir hacia el puesto de espada, donde me quedo, hasta que se abren las puertas que dan a un gran comedor. Sigo practicando por un rato, hasta que mi estómago me obliga a ir directa a cojer un plato. Una vez con la bandeja servida, busco a Magnus con la mirada, mas no lo encuentro. Entonces reparo en que ya ha terminado y que por lo tanto he de sentarme sola. Busco una mesa alejada del resto, y me siento. Como, con la vista fija en los profesionales, que hablan con la chica del 12, esta se limita a escucharlos, sonriendo aburrida. Apenas me doy cuenta cuando alguien se sienta a mi lado.
-¿Te molesta si me siento aquí?-me pregunta un chico que nuca he visto e mi vida, pero que en cuyo hombro se vislumbra el número 12.
¿Qué demonios...?





:D Guau!, capítulo extra-largo. Consideradlo una recompensa, pues aquí en Chile pronto se acaban las vacaciones y entonces, me tendré que adecuar al horario de clases, por lo que quizá me ausente por un tiempo. Lo más probable es que publique en una o dos semanas, puesto que entre la vuelta  a clases y mi celebración de cumpleaños, no tendré mucho tiempo para el blog. Espero que el capítulo os haya gustado, aquí empezamos a conocer más a los tributos y a otros personajes. Gracias a los que comentáis y participáis en las encuestas, y a los que no, hacedlo!, es una buena forma de hacerme saber lo que tengo que mejorar. :)



      
*Aquí algunas opciones para Narcissus
 *Cimitarra.

 *El chico del 12.

 *La chica del 12.










5 comentarios:

  1. Me encanta el capitulo y no sabia que tambien res de chile, lo recordarebpara mandarte saludos el 18 :)

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    1. Hola compatriota!, gracias por comentar!
      Yo también te mandaré saludos el 18 :), quizá sin saberlo te haya visto en alguna fonda,
      Saludos :D

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  2. Me encanta el personaje de Violett *-* esta es la primera vez que creo que te comento, y es para decirte que soy una gran fan de tu blog!amo como escribes, descrfibes tan tan...perfectamente a los personajes!^^
    Sige asi!
    Besos M.T

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  3. Perdon por molestar :3,pero enhorabuena!^^ as sido nominada a los premios de los 7 Pecados capitales de la lectura en mi blog : http://anniecrestaodair.blogspot.com.es/!
    Saludos! M.T

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