sábado, 17 de noviembre de 2012

Capítulo 1, parte 1

La Cosecha

Es un día hermoso, no hay nubes, el sol resplandece y los pájaros tararean su enfermiza melodía, es horrible. Por supuesto no pensaría eso de no ser porque en este día tan soleado, en el que parece que nada puede salir mal, la incertidumbre se abate sobre mi familia, sobre todas las familias en realidad. Para ser sincera, a mi no preocupa el salir elegida, soy ágil y astuta y sé que podría sobrevivir un tiempo, el que me preocupa es Magnus, el regordete e inocente Magnus, al cual nunca le ha faltado nada, pues nuestra familia se esfuerza por vivir comodamente, aunque por supuesto ocnocemos el hambre.
-Bien-dice mi madre, tratando de no echarse a llorar- debeis arreglaros para así llegar pronto.Yo me encargaré de Vyolett, Magnus ve con tu padre.
Tanto Magnus como yo sabemos lo mucho que sufre nuestra madre con cada cosecha, así que contrario a todos mis principios la obedezco sin rechistar y la sigo hasta mi habitación.
-Ponte ese vestido- me ordena señalando mi único vestido, aquel que solamente es útil en los días de cosecha.
Suelto un gruñido de protesta mientras me pongo el ajusado vestido negro. Mi madre sonríe y me recoge el abundante pelo oscuro en una coleta.
-Listo- dice, observándome con orgullo- No ha tomado mucho tiempo ¿verdad?
Yo asiento, sin saber qué decir.
-Vamos hija hay que darnos prisa- me urge, para luego agregar optimista- De cena hay sopa de tomates, así que no comas mucho luego de la Cosecha, deja lugar para la sopa.
Le sonrío para darle ánimos y partimos.

No tardamos mucho en llegar a la plaza, y aunque queda más de una hora el lugar está repleto. Pobre Magnus, está asustado, no sabe lo qué se siente estar ahí, pensando que será de ti, de qué forma morirás, y lo peor... sabiendo que aún te quedan seis años de ese martirio. Me veo obligada a separarme de Magnus pero aún a lo lejos, continúo lanzándole miradas animosas que parecen decir "No te preocupes, es tu primera vez, no hay ningún peligro"; pero sé que si lo hay, sé que es probable que salga, sé que si dejo que se vaya, lo hará para no volver.
Luego de una larga espera aparece el representante del Capitolio, es un hombrecito bajo y redondo como una canica, sonríe alegremente, a la vez que sacude sus plateados rizos de un lado para otro. Mientras habla no le presto mayor atención, ¿qué sentido tiene escuchar?, por el contrario me dedico a pensar, cómo todos los años, mi estrategia en caso de que la necesitase, también me doy el lujo de pensar en dormir esta noche sobre mi suave y mullida cama.
La estridente voz de Dimo, creo que se llama así, me saca de mis pensamientos y me devuelve al mundo real, dónde ahora se dispone a anunciar el desgraciado tributo femenino de este año.
- ¡Primero las chicas!- chilla Dimo con entusiasmo.
A pesar de la actitud valerosa que trato de mantener todos los años, el miedo me puede y deseo que este instante dure para siempre, cosa que por supuesto no pasa.
-Vyolett Ember- resuena la voz de Dimo por la palza, a la vez que mil rostros entre aliviados y compasivos se vuelven hacia mí.
Extrañamente a lo que pensaba que haría en este caso, me muestro serena y resignada mientras avanzo con dignidad hacia el escenario.
-Bien querida- me saluda Dimo- ahora vamos con los chicos.
Su mano hurga en la urna rebuscando, mientras yo trato de identificar Magnus entre la multitud. Dimo finalmente se decide, y en el mismo momento que localizo a Magnus, su voz lee dos palabras.
-Magnus Ember-
Es entonces cuando el mundo se me cae encima.

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